Partes de la Brújula
Antes de adentrarnos en el funcionamiento de la brújula, veamos qué partes la componen.
Una brújula básicamente consiste en una aguja metálica imantada que flota en un punto de pivote. La aguja se orienta hacia las líneas del campo magnético de la tierra.
La brújula de orientación básica se compone de:
- La base
- Borde recto y regla
- Flecha o eje de dirección de viaje o rumbo
- Carcasa, limbo o anillo con marcas de 360 grados y los puntos cardinales
- Etiqueta norte
- Línea de índice
- Flecha de orientación
- Aguja magnética (el extremo norte es rojo)
- A veces cuentan con dos huecos en forma de círculo y triángulo, para el uso en carreras de orientación
¿Cómo Funciona la Brújula?
Explicar para qué sirve la brújula es sencillo, tienes que prestar atención al imán (cuerpo que tiene la propiedad de atraer al metal y producir un campo magnético externo a sí mismo).
Si estás perdido en el bosque, tu mejor oportunidad de encontrar el camino correcto podría ser ese pequeño imán.
El imán es lo que hace que una brújula apunte hacia el norte, el pequeño pin magnético (aguja roja y negra o roja y blanca) está suspendido en líquido para que pueda girar libremente dentro de su carcasa y responder al magnetismo de nuestro planeta.
La aguja se alinea y apunta hacia la parte superior del campo magnético de la Tierra, dando a los exploradores, aventureros y las almas perdidas un sentido consistente de la dirección.
El lado rojo de la aguja es el que siempre apunta al norte, ya sea el otro lado blanco o negro.
¿Para Qué Sirve la Brújula?
Primero respondamos a la pregunta ¿Qué es una brújula?, antes de aprender su funcionamiento. Una brújula se utiliza como instrumento para la navegación y la orientación que muestra la dirección relativa a las direcciones (o puntos) cardinales geográficos.
Apunta al norte porque todos los imanes tienen dos polos, un polo norte y un polo sur, y el polo norte de un imán es atraído hacia el polo sur de otro imán.
(Es posible que hayas visto esto demostrado por un par de imanes de extremos de colores (conocemos su polaridad) en el colegio o con otro tipo de imanes, como los simples imanes que pegamos en el frigorífico).
La Tierra es un imán que puede interactuar con otros imanes de esta manera, por lo que el extremo norte de un imán en la brújula se mueve para alinearse con el campo magnético de la Tierra.
Debido a que el Polo Norte Magnético de la Tierra atrae los extremos «norte» de otros imanes, técnicamente es el «Polo Sur» del campo magnético de nuestro planeta.
Más: Quién fue el inventor de la brújula
Norte Verdadero
Antes de sumergirnos en el uso de la brújula debemos conocer algunos aspectos básicos que influyen en su funcionamiento. Ya hemos hablado del imán y hemos visto las partes de una brújula, ahora vamos con el Norte Verdadero.
Si bien una brújula es una gran herramienta para la orientación y navegación, no siempre apunta exactamente hacia el norte. Esto se debe a que el Polo Norte Magnético de la Tierra no es lo mismo que el «Norte Verdadero» o el Polo Norte Geográfico de la Tierra.
El Polo Norte Magnético se encuentra a unos 1.500 km al sur del norte verdadero, en Canadá. Y para hacer las cosas un poco más difíciles para la orientación con brújula, el Polo Norte Magnético no es ni siquiera un punto fijo.
A medida que cambia el campo magnético de la Tierra, el Polo Norte Magnético se mueve. Durante el último siglo, se ha desplazado más de 1.000 kilómetros hacia Siberia, según científicos de la Universidad Estatal de Oregón.
Esta diferencia entre el norte verdadero y el rumbo norte en una brújula es un ángulo llamado declinación. La declinación varía de un lugar a otro porque el campo magnético de la Tierra no es uniforme, sino que se sumerge y ondula.
Estas perturbaciones locales en el campo magnético pueden hacer que la aguja apunte lejos tanto del Polo Norte Geográfico como del Polo Norte Magnético. En latitudes muy altas, la aguja puede apuntar hacia el sur, por lo que podemos decir que hay lugares donde la brújula «no funciona».
Mediante el uso de gráficos de declinación o calibraciones locales, como usuario de la brújula puedes compensar estas diferencias e ir en la dirección correcta.
Más: Otras formas de orientarse
Cómo Usar una Brújula para Orientarse
Lección Básica del Uso de la Brújula.
Vamos aprender lo más básico sobre las brújulas de orientación, se trata de algo fácil para dar tus primeros pasos en la navegación con brújula pero no es suficiente si lo que deseas es viajar con seguridad por un terreno desconocido en las montañas.
Lo primero que debes aprender, son las señales de los puntos cardinales; N (norte), S (sur), E (este) y W / O (oeste). Mira la figura para ver como se representan. El norte es el más importante.
En algunas brújulas también puedes encontrar marcados los puntos intermedios, ordinales o intercardinales que son; NE (noreste), NW / NO (noroeste), SE (sureste) y SW / SO (suroeste).
Hay varios tipos de brújulas, un tipo para utilizar junto con mapa, un tipo para colocar en tu pulgar. La brújula de pulgar es utilizada principalmente por amantes del trail running, ultra trail o montañistas experimentados que solo quieren avanzar lo más rápido posible.
Nosotros recomendaríamos el tercer tipo de brújula, la brújula cartográfica (que también puedes utilizar con mapas, mira el vídeo). Veamos como se usa:
¿Ves la flecha roja y negra? Lo llamamos la aguja de la brújula. En algunas brújulas podría ser roja y blanca, por ejemplo, pero la referencia es que la parte roja siempre apunta hacia el polo norte magnético de la tierra. ¿Lo tienes? Perfecto, eso es básicamente lo que necesitas saber. Es tan simple como eso.
Pero… si no quieres ir hacia el norte y quieres dirigirte en otra dirección. Vamos con ello:
Tienes una parte giratoria en tu brújula. Lo llamamos la carcasa, limbo o anillo de la brújula. En el borde de la carcasa de la brújula, es probable que tenga una escala. De 0 a 360 grados o de 0 a 400 grados. Esos son los grados o el azimut (también puedes llamarlo el rumbo en algunos contextos).
Debe tener las letras N, S, W y E para Norte, Sur, Oeste y Este. Si quieres ir en una dirección entre dos puntos cardinales, los combinarías, recuerda que éstos son los puntos intermedios que hemos mencionado anteriormente. Si deseas ir en una dirección entre el sur y el este, simplemente tienes que decir: «Me gustaría ir al sureste».
Usemos eso como ejemplo: quieres ir al sureste. Lo que haces es descubrir dónde se encuentra el sureste de la brújula que tienes. Luego giras la carcasa de la brújula para que el sureste del anillo se coloque exactamente allí donde la flecha de dirección de desplazamiento de la aguja (parte roja) se encuentra con el borde la carcasa.
Sostén la brújula en tu mano. Y tendrás que sostenerla bastante plana, para que la aguja de la brújula pueda girar. Luego gira, en tu mano, la brújula entera, solo asegúrate de que la carcasa de la brújula no gira, y muévete hasta que la aguja de la brújula esté alineada con las líneas dentro de la carcasa de la brújula.
Advertencia 1: Ahora, es momento de tener cuidado. Es extremadamente importante que la parte roja, norte de la aguja de la brújula apunte hacia el norte en la carcasa de la brújula.
¡Si el sur apunta hacia el norte, caminarías en la dirección opuesta a la que quieres ir! Y es un error muy común entre los principiantes. Así que siempre echa un segundo vistazo para asegurarte de que lo haces bien.
Advertencia 2: Un segundo problema podría ser las atracciones magnéticas locales. Si llevas algo de hierro o algo así, podría perturbar la flecha.
Incluso algún elemento de metal en tu mapa puede ser un problema. Asegúrate de que no haya nada de eso. Existe la posibilidad de atracciones magnéticas en el suelo también, «desviación magnética», pero rara vez se dan. Podría ocurrir si estás en una región minera, por ejemplo.
Cuando estés seguro de haberlo hecho bien, camina en la dirección que indica la dirección de la flecha de desplazamiento. Para evitar salirte del camino, asegúrate de mirar la brújula con bastante frecuencia, por lo menos cada cien metros.
Pero no debes mirar hacia abajo en la brújula. Una vez que tengas la dirección, apunta a algún punto en la distancia, para que te sirva como referencia, y ve allí. Esto se vuelve más importante cuando usas un mapa.
Hay algo que debes buscar para evitar ir en la dirección opuesta: El Sol. Al mediodía, el sol está más o menos en el sur (o en el norte en el hemisferio sur), por lo que si te diriges al norte y tienes el sol en la cara, no debes alarmarte pero vas en mala dirección.
¿Cuándo Necesitas esta Técnica?
Si estás ahí fuera sin un mapa, y no sabes dónde estás, pero sabes que hay un camino, un sendero, un arroyo, un río o algo que puede ayudarte a ir en la dirección correcta. Y sabes en qué dirección debes ir para llegar a él, al menos aproximadamente en qué dirección.
Luego, todo lo que debes hacer es girar la carcasa de la brújula, de modo que la dirección en la que deseas ir es donde la flecha de dirección de rumbo se encuentra con la carcasa. Y sigue los pasos anteriores.
Pero, ¿por qué esto no es suficiente? No es muy preciso. Vas en la dirección correcta y no vas a dar vueltas en círculos, pero tienes mucha suerte si encuentras un punto pequeño de esta manera. Y por eso no hablamos de declinación aquí.
Y porque la declinación es algo relacionado con el uso de mapas. Pero si tienes una imagen mental del mapa y sabes qué es, piensa en ello. Pero creemos que no podrás ser tan preciso para que la declinación no marque la diferencia en pruebas de orientación o viajando a lugares desconocidos para ti.
Si vas de viaje de trekking en terreno desconocido, siempre debes llevar un buen mapa que cubra el terreno. Especialmente si vas perdiendo el rastro. Es en esta unión entre mapa y brújula, cuando la brújula se vuelve realmente valiosa.